Hace poco os ofrecimos un post sobre la autoestima y cómo es importante mantenerla lo más alta posible para poder tener una mejor relación con nosotros mismos, nuestra enfermedad y los demás. Así cómo mantener una autoestima de calidad es importante para sobrellevar nuestro dolor crónico y otros síntomas, algo indispensable para obtener una mejor autoestima es ser una persona asertiva. 

La asertividad es clave para poder manejarnos desde la tranquilidad y despojarnos de los “compromisos” autoimpuestos y aprender a decir que no cuando necesitamos tiempo para nosotros mismos, no hacer algo cuando sabes que puede perjudicarte física o mentalmente, manifestar tus necesidades y deseos… 

¿Qué es la asertividad?

La asertividad es la capacidad que todos tenemos para afirmar nuestros propios derechos y deseos sin dejarnos manipular, pero sin manipular a los demás. Se trata de una habilidad que puede desarrollarse y que nos permite expresar de una forma respetuosa, clara y firme nuestros pensamientos y emociones, no solo ante los demás sino también hacia nosotros mismos. 

La asertividad nos permite crear respuestas desde la reflexión y la tranquilidad, nos permite evaluar la situación y tomar consciencia de lo que realmente queremos y necesitamos, pero sin ser egoístas. Tenemos que seguir poniéndonos en los zapatos de los demás, pero aprendiendo a diferenciar cuándo estoy anteponiendo sus necesidades ante las mías, sobre todo aquellas que pueden causarme daño físico y/o emocional

Es por esto que la asertividad es lo contrario tanto de la agresividad como de la pasividad. La gente suele pensar que para no ser “pasivo” y que lo traten de “tonto” deben ser personas “duras” y agresivas, anteponer sus opiniones y arrasar con todo antes de que les hagan daño. La asertividad refleja todo lo contrario, se basa en ser consciente de tus deseos sin ser hostil, de tener la confianza y capacidad de poder expresarlos sin arrepentimientos, pero siempre desde el respeto y la educación. Es por esto que la autoreflexión y saber escuchar son cualidades clave para poder ser asertivo. 

Debemos hacer trabajo de introspección para saber lo que queremos y así poder comunicárselo a los demás, sin invalidar sus emociones y necesidades. Hay que mantenerse firme y no dejarse manipular, pero sin caer en una dinámica en la que el otro no importe.

En definitiva, la asertividad ayuda  a aclarar nuestros límites sin infringir los límites de los demás.

¿Qué ganarás siendo asertivo?

Las persona asertiva puede evaluar y expresar lo que quiera sin ser descortés. Como hemos estado viendo, esa es una de las premisas fundamentales. La comunicación asertiva debe ser firme y honesta, ya que la pasividad es simplemente una máscara para evitar enfrontarnos a la realidad, molestar a los demás e incluso quitar importancia a nuestras propias necesidades y opiniones. 

Es por esto que la asertividad nos da tranquilidad. Es pausada y nos permite pensar y reflexionar para poder expresar y tomar las decisiones convenientes para poder hacer entender lo que realmente necesitamos y queremos.

Cuando no tenemos trabajada la asertividad, no somos capaces de aceptar o pedir ayuda y dejamos la frustración encerrada en nuestro interior. Es por esto que muchas personas de repente explotamos y podemos ser agresivos. La falta de asertividad al fin y al cabo es una forma de evasión, si no sé que decir no digo nada y me alejo. Sin embargo debemos entender que somos seres sociales y no podemos estar siempre solos. 

Esto es realmente importante para las personas que padecemos alguna enfermedad crónica, sobre todo alguna tan dolorosa como puede serlo la endometriosis y la fibromialgia. Ante la frustración, sensación de incomprensión, al ver que en muchos momentos no podemos valernos por nosotros mismos y una largo etcétera, tendemos a encerrarnos en nosotros mismos y alejar a las personas que nos quieren, porque no sabemos como expresar lo que sentimos y necesitamos. 

Estamos acostumbrados a hacerlo todo nosotros, de tener un ritmo de vida, no necesitar ayuda, y de repente nos vemos en la situación de que necesitamos a los demás más que nunca. Esto debería ser una lección para todos, estemos enfermos o no. Ya que socialmente nos enseñan a tener que “poder con todo”, ser competitivos, individualistas y productivos. 

Es por esto que tenemos que tener muy claro qué debemos trabajar en equipo, y para eso es fundamental una comunicación asertiva desde todas las partes. Es responsabilidad tuya aplicar estas técnicas, pero también de aquellos que te rodean, no cargues tampoco con toda la responsabilidad. 

Debemos tener en cuenta que complacer a todo el mundo y pasarnos la vida sin decir que no, parece altruista, pero debemos preguntarnos si realmente es un sentimiento genuino o lo sentimos como una obligación. Habréis oído comentarios como “es que es demasiado bueno y luego se aprovechan de él/ella”, bueno  realmente debemos pararnos un momento y reflexionar por nosotros mismos, para poder establecer nuestros límites y asegurarnos que no son violados. Quien es buena persona y dedicado a los demás, siempre lo será. De hecho, con la asertividad podrás hacerlo de una forma más sana y justa para todo el mundo.

La asertividad nos permite tener una mayor sensación de control sobre el entorno y sobre nosotros mismos, algo que mejora inmediatamente la autoestima. Se trata de aplicar técnicas para tener una comunicación eficiente y qué mejorará nuestras relaciones interpersonales. 

Esto nos permite resolver conflictos y evitar que los problemas se magnifiquen a causa de la no expresión. En resumen, si quieres obtener un mejor bienestar personal y unas relaciones interpersonales sanas, lo mejor que puedes hacer es trabajar en la comunicación asertiva. Muchos de tus problemas emocionales y también de autoestima mejorarán exponencialmente. 

¿Cómo puedo ser asertivo conmigo mismo y los demás?

La asertividad requiere de mucho trabajo personal y de estar dispuesto a vivir momentos “incomodos” con aquellos que te rodean, hasta que logres estar en paz expresando tus emociones y necesidades. No es algo que se consiga de la noche a la mañana, sobre todo para aquellas personas más reservadas o introvertidas que les cuesta mucho poner sobre la palestra sus emociones ante los demás. 

Sin embargo, esto es muy peligroso porque las personas que tienden a reprimir sus emociones, llegan a un punto en el que pueden explotar y ser agresivos con los demás, pese a que tengan razón en los motivos de esa rabia,  tristeza y frustración. Recordemos que la comunicación asertiva es justamente para evitar estos momentos, para poder expresar día a día tus sentimientos, sin herir a los demás (ni a ti mismo, poniéndote en situaciones tan estresantes y difíciles de manejar). 

Algunas claves para poder trabajar la asertividad son: 

  • Escuchar lo que el otro quiere y necesita.
  • Usar frases en primera persona en tus mensajes.
  • Expresar tus preferencias, necesidades y sentimientos.
  • Comienza las frases con “pienso”, “siento”, “me gustaría”.
  • Usa un tono de voz amable, pero firme. 
  • Mantén un discurso calmado y no seas impulsivo al responder, tómate un momento para analizar lo que la otra persona está expresando. 
  • En el caso de que la comunicación sea presencial, intenta mantener una postura corporal file pero relajada. 

Existen numerosas técnicas para poder trabajar la asertividad, en esta ocasión te hablaré sobre 3 de ellas que considero indispensables. 

  1. Para mí es esencial que aprendas decir “no”. A veces las personas creemos que es nuestra obligación complacer a todo el mundo y ponernos en compromisos que pueden afectar a nuestra salud física o mental.  Sobre todo para aquellos que tenemos una enfermedad crónica, es importante respetar nuestros tiempos y capacidades, aprender que ya no podemos abarcar con todo, pues podrían implicar consecuencias graves en nuestra salud y bienestar.  Así pues, consistiría en decir simplemente un “NO” rotundo y si la persona sigue insistiendo, emplearíamos fórmulas similares para manifestar nuestra disconformidad y negación. 
  1. El decir que no, iría relacionado con la técnica “El disco rayado”, esto consiste en repetir el mismo argumento constantemente, de forma sencilla, paciente, tranquila y amable. Para ellos utilizaríamos frases cortas, sin justificarnos ni dando explicaciones muy amplias. Si la persona insiste, cerramos la conversación de forma educada. 
  1. “El banco de Niebla”, consiste en reconocer la razón o posible razón que pueda tener la otra persona, a la vez que expresamos nuestra decisión de no cambiar de conducta o parecer. Lo más importante es no entrar en discusiones sobre las razones del otro. Intenta reconocer lo que ves de cierto en sus argumentos y ábrete a esa posibilidad. Pero si no te convencen reafirma tu postura, matizando que para el otro pueda verse de una forma distinta. No es necesario ceder del todo, pero debe notarse que tienes empatía y tienes en consideración sus sentimientos y forma de ver la situación, aunque estés en total desacuerdo. 

Estas son solo una de las pocas técnicas que puedes aprender para ser más asertivo, si te interesa aprender más no dudes en seguirme en mis redes sociales: Facebook, Instagram y en mi canal de Youtube.

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